Mi viaje a Bangkok...

Ahora les platico de Bangkok.

Un contraste de países viniendo de Nepal que me dejaron en shock. Una ciudad de entrada, hermosa, grande y moderna. Desde el aeropuerto bien organizado y muy espacioso y lleno de tiendas bonitas.

Decidimos viajar en el tren y de ésta manera llegar hasta nuestro hotel que está muy bien comunicado y muy cerca de una estación del Sky Train que es como un metro pero elevado y muy bonito. Cambiamos dinero y conseguimos un mapa en información turística y ahí vamos.

Fue medio difícil pues con 2 maletas cada una era complicada. Luego al bajar del tren nos desubicamos y ni a quien preguntarle ya que muy poca gente habla inglés y ni cómo enseñarles el mapa, pues hablan Thai y tienen diferente alfabeto, pero entre el GPS de Frida (mi hija) y el mapa, al fin llegamos.

La zona está muy linda, es un complejo de grandes hoteles, edificios muy altos y muchas muchas tiendas y Malls, con adornos navideños, tal vez es demasiado turístico. No conozco la filosofía Hindú pero seguramente no celebran la Navidad.

La ciudad es muy grande y tiene buen transporte colectivo, autobuses y muchos taxis, a parte del tren elevado. También hay Tuk Tuks pero son particulares y generalmente te cobran muy caro pues son especialistas en atracar al turista.

El primer día me quedé maravillada por la gran ciudad y hasta me daban ganas de quedarme a vivir por acá, jajajajaja. Pero poco a poco se pierde el encanto. Para empezar, estamos en invierno y hace un calor terrible, el sol es fatigante, además del idioma y nadie te entiende, hay que practicar el lenguaje de las señas. Pero no creas que eso es todo.

Nuestro primer lugar al que fuimos fue el mercado de fines de semana no sé cómo se llama solo así en inglés el Weekend Market. Es un mercado enorme, realmente interminable. La visita duró todo el día. No te imaginas la cantidad de cosas que puedes encontrar ahí, no solamente artesanías, sino todo lo que te imagines, ropa, zapatos, joyería, artesanías y una cantidad de puestos de comida y fruta desconocida para los occidentales. Muchos alimentos que preparan ahí en el momento, unos noodles que cuecen como dentro de unos coladores y luego la sirven en un plato con otras verduras como germen de soya, col y puede ser también con pollo o res. En la mesa hay varios condimentos que le agregas a tu gusto, chile molido, unas semillas, vinagre, bueno no estoy muy segura de esto.

También te venden spring rolls, pescado, brochetas de pollo, puerco y pulpos pequeños, huevos como de codorniz estrellados con una especie de col rallada. Licuados de frutas, mangos cortados dentro de una bolsa de plástico y te dan aparte azúcar para que le pongas a tu gusto. Una variedad de alimentos tan extraños que es muy interesante observar con detenimiento.

El mercado es fabuloso. Compramos algunas cositas, nos encantó. Pero nuestra compra más importante fue un sombrero para el sol y aprender a vestirnos adecuadamente, ya que los jeans son insoportables.

Al día siguiente nos fuimos al Gran Palacio y a Wat Phra Kaew. El Gran Palacio son una serie de construcciones (palacios) en donde vivieron los reyes y sus familias hasta Rama V (1868-1910). Son torres muy elevadas en tonos dorados y con incrustaciones de pedrería y pequeños azulejos de colores sobre cada lugar de la estructura, muy adornados con figuras muy grandes en las puertas y otras menos grandes a los alrededores. El conjunto es enorme y hay que verlo con detenimiento.

Después está el templo del Buda Esmeralda, que es un pequeño Buda de jade dentro de un templo igual de suntuoso con oro en el altar y en las paredes, igualmente con pedrería. Para entrar te debes quitar los zapatos y no están permitidas las fotos.
La gente es súper religiosa, el país es casi 100% budista y le rinden un enorme culto a Buda.

Por todas partes hay figuras de Buda y la gente le pone ofrendas de flores que los vendedores arman en forma de collares con flores de cempasúchil y otras flores pequeñas blancas que se ven muy lindas.

También prenden unas varitas de incienso y la gente le coloca las flores y el incienso que prenden de un fuego que está junto del Buda. A un lado del altar, ponen una cubeta con unas flores blancas, que se parecen a los tulipanes, pero mucho más grandes. Las personas toman una de estas flores, luego la meten dentro de una pila muy grande de metal que contiene agua y con las gotas de ésta agua que caen de la flor se mojan la cabeza. Son rituales muy interesantes que hace la gente, pero que no duran mucho tiempo; la gente no permanece demasiado en éstos recintos, más bien entran y salen frecuentemente.

Por la tarde fuimos a otro lugar que se llama Wat Arun que está del otro lado del río el cual se cruza en unos barquitos muy simpáticos colectivos. El río no es muy ancho, por lo que se llega muy rápido. Ahí estuvo anteriormente la capital del país.

A éste templo le llaman el Templo de la Puesta del Sol, también es un conjunto de varias torres, si es que así le podemos llamar, porque tienen la base ancha, muy adornados también con pequeños mosaicos de colores y muchas figurillas. El más alto tiene una escalera muy alta por la que se puede subir como hasta 3/4 partes de su altura. Los escalones son pequeños y muy pronunciados, tienes que irte sosteniendo por un barandal. Pero al llegar hasta arriba, un panorama hermoso, el río, la ciudad y el resto del conjunto de palacios es impresionante.

Lo más importante es esperarse a ver la puesta del sol, que se aprecia desde ahí metiéndose entre los edificios de la ciudad.

Otra parte interesante de Bangkok es visitar el Barrio Chino que por su cercanía con éste país tiene muchos inmigrantes. La zona es muy grande y venden muchos productos chinos como ropa, zapatos, juguetes, etc.

Hay también muchos restaurantes, y por la noche una gran área de comida en las calles, alimentos orientales y sabores que no acostumbramos los occidentales, pero no sabes cuanta gente acude a cenar ahí.

Pobres orientales cuando van a México, jajajaja han de opinar lo mismo que yo!

Bangkok es una ciudad muy grande y con mayor poder económico en relación a Nepal. Tiene los problemas de las grandes urbes, tráfico, contaminación y una gran cantidad de puestos ambulantes por todos lados. Hay también mucha gente dedicada a atracar al turista y hay que ponerse alerta. En cuanto te ven se te acercan y te tratan de dar información del lugar al que vas, generalmente te dicen que está cerrado porque hay una ceremonia budista y que abrirán hasta el medio día y mientras te quieren llevar a comprar joyas u otras cosas. Son muy hábiles y están por todos lados, especialmente cerca de la zona hotelera, en los Malls y cerca de los lugares turísticos.

Bueno, por ahora les dejo pues creo que el relato ya se alargó... ;)

Hasta la próxima!

Por: Rocío Arredondo